Seguimiento de alto riesgo y neurodesarrollo infantil en Mendoza
Soy médica neonatóloga y pediatra, actualmente coordinadora de la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatales del Hospital Santa Isabel de Hungría (Mendoza).
Me dedico al seguimiento de niños y niñas con antecedentes de alto riesgo neonatal o con dificultades en el neurodesarrollo, acompañando a las familias desde los primeros meses de vida hasta los 6 años.
Inicié mi formación en el Hospital Nacional Profesor Alejandro Posadas (Buenos Aires) y continué mi especialización en el Hospital Italiano de Buenos Aires, donde realicé el fellowship en Neonatología e incluí una rotación internacional en el Jackson Memorial Hospital (Miami, EE. UU.).
He trabajado en instituciones reconocidas como el Hospital Italiano de Buenos Aires, el Hospital Posadas, el Sanatorio Anchorena San Martín y la Fundación Hospitalaria.
Me mantengo en constante actualización a través de congresos, cursos y publicaciones científicas, con el compromiso de ofrecer una atención basada en la mejor evidencia disponible.
Mi trabajo se centra en la detección temprana, evaluación y acompañamiento del desarrollo neurológico, motor, cognitivo y del lenguaje, priorizando la mirada integral de cada niño y el acompañamiento cercano a su familia.
Mi objetivo es contribuir a que cada niño alcance su máximo potencial, ofreciendo una mirada especializada y humana en las etapas más tempranas del desarrollo.
También realizo evaluaciones con la Escala de Desarrollo Bayley III, certificada internacionalmente, brindando información precisa para el seguimiento clínico y la planificación de intervenciones personalizadas.
El consultorio es un espacio de observación, escucha y acompañamiento, donde cada niño es mirado en su singularidad y cada familia es parte activa del proceso.
El seguimiento de alto riesgo está dirigido a bebés y niños que, por su historia perinatal o condiciones médicas, requieren una observación más cercana de su crecimiento y desarrollo neurológico.
En cada encuentro se valoran aspectos como el tono muscular, la motricidad, la comunicación, la interacción, el juego y la adaptación familiar, buscando detectar de forma temprana cualquier dificultad o necesidad de apoyo.
El objetivo es acompañar el desarrollo de cada niño desde un enfoque integral, trabajando junto a la familia y a otros profesionales para favorecer su evolución y bienestar.
La Escala Bayley III es una herramienta estandarizada y validada internacionalmente que permite evaluar el desarrollo infantil entre los 0 y 42 meses de edad.
Durante la consulta, a través del juego y la observación, se valoran tres áreas principales:
Cognitiva: cómo el niño resuelve problemas, explora y comprende su entorno.
Motora: cómo se mueve, manipula objetos y coordina sus movimientos finos y gruesos.
Lenguaje: cómo se comunica, comprende y utiliza las palabras.
Esta evaluación ofrece un perfil detallado del desarrollo, útil tanto para el seguimiento clínico como para orientar intervenciones tempranas y acompañar a las familias con información clara y personalizada.
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